La vitamina C: la nueva estrella antiage en el mundo cosmético.
Preferida por los expertos y adoptada en el mundo entero, en forma de sérum, ampolla o integrada a diferentes cremas, la vitamina C resulta un antiage muy poderoso y crucial en la producción de colágeno. Sucede que con los años la piel lo va perdiendo y el colágeno es clave porque al disminuir, aparecen enseguida las arrugas, la pérdida de volumen y la flaccidez facial.
¿En qué interviene la vitamina C? Justamente, la vitamina C ayuda a la producción de colágeno y es un potente antioxidante que protege a la piel de los radicales libres que dañan las células y son los causantes de una piel envejecida.
Beneficios.
La vitamina C tiene infinidad de beneficios y es mucho más potente (o se potencia) que ingerirla a través de los alimentos, lo cual también se aconseja. Sin embargo, para servir a los propósitos, envasada y aplicada directamente sobre el rostro, la piel recibe todas sus propiedades de forma concentrada.
No es que solo prevenga y reduzca las líneas de expresión, las arrugas, porque active la producción de colágeno, también le da mayor luminosidad al rostro, ofrece un tono uniforme, se encarga de minimizar irritaciones, atenuar cicatrices y algo que sin dudas resulta de gran aprovechamiento: hace más efectiva la absorción de otras cremas. Por eso es que se aplica antes que nuestros tratamientos diarios.
Con el rostro limpio, y nuestro espejo con luz led Beurer como aliado, la vitamina C es la primera que debemos aplicar y luego nuestro fotoprotector.
También se puede aplicar primero la vitamina C, luego nuestra crema hidratante y al final el fotoprotector. Eso dependerá de nuestro combo skincare.
Tan solo hay que tener en cuenta con cuáles otras cremas se combina: puede resultar irritante si la introduces en la misma rutina con el retinol, por ejemplo.
¿Es sólo para pieles maduras?
Se puede utilizar a partir de los 20 años en adelante. Está indicada para pieles jóvenes, maduras, secas, grasas, mates. ¡Es muy amplio su espectro! Lo único que varía es la fórmula y concentración que debe aplicarse para que sea eficaz en cada caso.
Lo ideal es encontrar un equilibrio. En términos generales, a partir del 5% de concentración empieza a resultar beneficiosa, entre el 10 y el 20% son las concentraciones más eficaces pero hay que tener cuidado y hacerlo de manera gradual porque la piel podría no tolerarlo y verse perjudicada con alguna reacción. Además, algunas concentraciones sirven a otros fines, como es el caso del acné, que colabora en la disminución de las cicatrices. Siempre es mejor consultarlo con un dermatólogo.
Duración, oxidación y guardado.
La vitamina C tiene una duración corta porque se oxida cuando entra en contacto con el oxígeno.
Por lo pronto, dos consejos. Úsala pero cierra enseguida tu tapa o gotero, para que no le entre aire o lo mínimo posible. De esta forma te asegurarás que el producto conserve sus propiedades.
Guárdala en un lugar oscuro y frío (como tu refrigerador). O busca otro sitio que no sea e baño. La fluctuación entre calor y humedad hará que se descomponga más rápido.
¿Cómo darte cuenta si está oxidada? Lo notarás enseguida porque cambia de color a uno más oscuro.
La precisión de los espejos con luz led.
En Beurer contamos con una línea de espejos con luz led, de pie o giratorios. Te permiten ver con precisión qué cantidad estás aplicando de vitamina C, su luz te permite verificar que la estás distribuyendo de manera uniforme, y dónde. Y aquí, un último consejo. Sugerimos que para el área de ojos, busques una crema que contenga vitamina C pero que sea específica para esa zona, ya que la piel es más fina, delicada y sensible.
En Beurer, nuestro único deseo es que te encuentres bien.
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