El estrés engorda.
El cortisol nos prepara.
¿Que es el estrés? El estrés es una reacción del cuerpo frente a una amenaza inminente. El organismo necesita estar preparado para correr, huir, atacar, luchar. Para estar listo, las glándulas suprarrenales liberan adrenalina y cortisol. El corazón se acelera, bombea más cantidad de sangre que llega a los músculos y órganos para reaccionar. En definitiva, nos pone a punto frente a una amenaza concreta.
Sucede que el estrés de la vida moderna, no se trata de un momento único, sino de episodios que se reiteran o prolongan (la pérdida de un trabajo, la pérdida de un ser querido, dificultad económica, problemas familiares, etc.). Esa falta de control, incertidumbre y temor sostenidos en el tiempo, producen altos niveles de cortisol provocando estrés crónico.
Cortisol elevado: hambre, falta de saciedad, grasa abdominal, deseo por comer grasas y azúcares.
Científicamente se comprobó que el cortisol produce resistencia a la leptina, que es la hormona que regula el apetito y la saciedad, entre otras funciones. Por lo cual, las porciones parecen ser nunca suficientes.
Lo que no queremos: las dosis extras de esta hormona, provocan la acumulación de grasa visceral, que es la grasa abdominal, la que se acumula en el abdomen, la más difícil de quitar.
Lo que nos genera a corto plazo: los niveles altos, provocan un aumento de insulina, que suele ir acompañado de un incremento del apetito y eso pueden llevar a elegir alimentos ricos en calorías (comida chatarra o con gran cantidad de azúcar, grasas), y eso también desencadena un aumento de peso. Todo lo que tenga grasa y azúcar, son formas rápidas y sencillas de recibir energía rápidamente, con el fin de preparar al cuerpo para la amenaza.
Otros efectos del cortisol en altos niveles.
Pero hay más efectos no deseados, además del aumento de peso, que genera el cortisol desmedido. El cortisol elevado afecta el sistema inmunológico; la digestión y la absorción de los alimentos; aumenta la presión arterial; podría ocasionar disfunción eréctil, la interrupción del ciclo ovulatorio y los ciclos menstruales. A nivel piel, produce un envejecimiento prematuro de las células, piel opaca o grasa, resequedad, descamación, problemas dermatológicos. Puede ocasionar el síndrome de fatiga crónica, trastornos de la tiroides, demencia, depresión y muchas otras afecciones.
Y algo no menor que muchos podemos experimentar: el sueño. Cuando los niveles de cortisol suben se hace difícil conciliar el sueño y más aún lograr un sueño profundo.
Aquí viene otro punto clave: cuanto menos dormimos, aumenta la secreción de una hormona llamada grelina, esta hormona envía una señal de hambre al cerebro. Al mismo tiempo desciende el nivel de leptina (la vimos), que ayuda a suprimir el apetito. Dormir mal descencadena comer mal, tener más hambre, subida de peso.
Sin embargo, podemos combatir el estrés para no llegar a tales puntos. Y, ciertamente, también está en nosotros lograrlo si tenemos en cuenta ciertas rutinas, técnicas, maneras saludables de encararlo.
Cómo reducir el stress.
Algunos tips podrían ayudarte:
-Evita situaciones estresantes en lo posible.
-Establece prioridades.
-Lleva una alimentación saludable.
-Realiza alguna actividad física.
-Haz una actividad que te resulte placentera.
-Aprende a decir no y a pedir ayuda cuando te veas sobrepasado.
-Busca y practica alguna técnica de relajación: mindfulness, yoga, meditación.
-Contáctate con tus seres queridos.
-Evita el tabaco y las drogas.
-Contáctate con tus seres queridos.
-Evita el tabaco y las drogas.
Masajeadores.
En Beurer contamos con una línea de masajeadores que tratan todo el cuerpo o zonas puntuales (cervical, por ej.), que se contracturan rápidamente debido al nerviosismo diario y nos producen otras afecciones.
Una manera de aliviar el estrés y no llegar a picos extremos, es relajarnos.
En Beurer, nuestro único deseo es que te encuentres bien.
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