Hipertensión: la sal que no vemos.
¿Qué tan mala es la sal? ¿Cuánto deberíamos consumir por día? ¿Un hipertenso tiene prohibida la sal por completo?
Dejemos de demonizarla por un instante y sepamos que la sal (sodio), en una ingesta adecuada, regula el equilibrio hídrico del organismo, participa en la conducción nerviosa y en la absorción de glucosa en el intestino, además de ayudar a la relajación muscular. Y, como contiene yodo agregado, el yodo participa en muchas funciones como el equilibrio de las hormonas, en especial de la hormona tiroidea.
Por el contrario, su exceso, según la OPS (Organización Panamericana de la Salud) incrementa la presión arterial causando aproximadamente el 30% de hipertensión, representa un posible carcinógeno para el cáncer gástrico y está asociada con la insuficiencia renal y la osteoporosis.
Con la hipertensión asentada, viene lo demás, ya que podemos sufrir cardiopatías, encefalopatías, neuropatías y otras enfermedades, según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Cantidad recomendada y la sal invisible en los alimentos procesados.
Ahora que conocemos un poco más sobre sus beneficios y desventajas, ¿consumimos o no consumimos sal?, ¿cuánto sería lo recomendable?
La OMS recomienda que los adultos consuman 5 gramos de sal al día (2 gramos de sodio), lo que equivale a una cucharadita de té, mientras que en personas que son hipertensas, esa dosis baja a la mitad.
Sucede que la mayoría de nosotros, creemos que la sal es aquella que vemos. La que está en el salero, la que tomamos con los dedos para salpimentar una comida. Pero esa es la sal visible, la que es más fácil de cuantificar. La «sal invisible», como la llaman los especialistas en la materia, es la que se encuentra en alimentos procesados. Es decir que sin querer, agregamos o pasamos el límite diario de sal permitido.
Alimentos con alto contenido en sodio: salados y dulces.
¿Cuáles son esos alimentos con alto contenido en sodio a los cuales prestar atención? Solo para dar algunos ejemplos y muchos ya los intuimos por su sabor: fiambres y embutidos; aceitunas en salmuera; aderezos tipo mayonesa, kétchup, mostaza; quesos duros y maduros; caldos y sopas concentradas; panes blancos o de salvado; masa de pizza; alimentos de copetín, ej.: papas fritas, snacks.
Pero otros son más inesperados: galletitas dulces, manteca, helados de crema, dulce de leche, facturas, alfajores, postres dietéticos, cacao en polvo y la lista continúa.
En contraposición, es fácil adivinar que las frutas y los vegetales, tienen bajo contenido en sodio.
Leer las etiquetas de los alimentos. Asesorarnos con especialistas.
¿Qué podemos hacer? Asesorarnos con especialistas en salud para que nos enseñen a incorporar una dieta saludable y aprender a leer las etiquetas de los alimentos. Como regla general, las etiquetas que indican bajo contenido en sodio tienen menos de 150 mg por porción. Las de contenido moderado, de 150 a 400 mg por porción. Las de alto contenido, más de 400 mg por porción.
Esto es importante, porque el 75% del sodio ingerido proviene de alimentos procesados industrialmente (aquí es donde sumamos sin querer).
Lo ideal es que una persona hipertensa se adhiera a una alimentación con alimentos bajos o moderados en sodio y evite los de alto y muy alto contenido en sodio, salvo excepciones y bajo supervisión y recomendación médica.
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